Con el tiempo la moda a evolucionado
y está más abierta a la coexistencia entre ambos estilos de vestir: el
tradicional y el clásico de los negocios; entre el casual o libre y el más
formal.
En el ámbito laboral hablar de ocasional o sport no es lo mismo que en el ámbito social, ya que en este se permiten bajo ese término, las bermudas o jeans con una camisa hawaiana o camiseta sin mangas, mientras que en el laboral significa únicamente una relajación a la rigidez de la corbata o chaqueta.
Dentro del código de vestuario es importante reconocer la diferencia que
existe entre hombres y mujeres, sobre todo en el vestuario laboral versus el
social. En el caso de los hombres, ellos fácilmente pueden acudir a un evento
social vistiendo lo mismo que en el trabajo, para la mujer es un poco
complicado utilizar el mismo traje.
Por muy anticuado que parezca hoy en día siguen formando parte de las
empresas los códigos de vestuario, esto se hace para evitar desagradables
sorpresas a la hora de que los empleados se presente a trabajar. Bien reza el
dicho “Una imagen vale mil palabras”.
Una joven puede ser muy eficiente, educada y con un currículo inmaculado,
pero si viste en forma atrevida, con maquillaje estridente y diferentes colores
en su cabello, constituirá un insulto para un bufete de abogados, contrario a
lo que resultaría si es una representante de un grupo de rock o de una sala de
belleza, en donde la creatividad es lo
que se aprecia.
Siempre es posible conservar tu identidad personal, colocándole a tu
atuendo detalles que dejen tu huella.
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