La educación comienza en casa. Muchos de los
modales y forma de conducirnos que nosotros como adultos manejamos en nuestro
hogar es fiel reflejo de lo que los
niños hacen o dicen. Ellos son esponjitas que absorben todo cuanto ven y
escuchan, ávidos por descubrir el nuevo mundo que los rodea.
Los gestos, lenguaje, higiene, forma de comer
e incluso posturas serán puestas en evidencia cuando interactúen con la familia
y luego en las guarderías y colegios. Es prudente observarnos para poner
especial cuidado en todo lo que hacemos frente a ellos.
Es de recordar que nuestros niños serán los
hombres y profesionales del mañana. Mucho tendrá que ver además de su intelecto
y habilidades, las buenas costumbres aprendidas en la infancia.
La
tolerancia a la frustración al no adquirir lo que desean templaran su carácter,
por tanto es importante no compensar la falta de tiempo que les
dedicamos debido a nuestro trabajo con regalos,
permisos o disculpas cuando cometan errores o desobedezcan las normas
impuestas en casa o en el colegio, debemos armarnos de paciencia y enseñarles cuales
son los limites, restricciones y conducta a observar en cada momento, lugares o
evento.
Al
educar hay que hacerlo sin etiquetarlos ya que esto solo generará niños
acomplejados, lejos de mejorar empeoraran su conducta, los padres debemos ser
creativos e inteligentes. Recordemos que un niño inquieto no es lo mismo que
uno maleducado, excesivamente mimado o grosero.
Es
importante llevarlos al pediatra para que los evalúe y catalogue si su actuar
es un síntoma normal de su edad o
simplemente es producto de la mala
educación familiar. Asimismo debemos autoevaluarnos en la manera en la que
manejamos su comportamiento, recordemos que es dentro del núcleo familiar en
donde se gestan las primeras impresiones tanto verbales como físicas, luego
aprenderán en el colegio otras normas,
las que lograran su formación integral.
Aquí
algunos tips para comprender y educar a nuestros hijos bajo las buenas
costumbres.
1.
La
buena alimentación y el ejercicio es vital para su desarrollo
2.
Controlar
con tolerancia y paciencia la inquietud de sus hijos, si es necesario deberás
contar hasta diez.
3.
Darle
mérito a las habilidades académicas y no solo al comportamiento, estimulándoles
con el reconocimiento adecuado.
4.
Dar
amor, pero ser firme en las decisiones, para que sepan que no siempre pueden
tener lo que quieren cuando lo quieren.. El sí de los padres es sí y el no es
no.
5.
El
ejemplo habla más fuerte que las palabras. Los padres debemos actuar
coherentemente con lo que proclamamos, solo demostrándolo con hechos hablaremos con autoridad y les
infundiremos respeto.
6.
Es
necesario practicar con ellos las virtudes y valores como: la fe, la
obediencia, la sinceridad y el orden por mencionar algunos.
7.
Ser
claros, concisos y concretos en lo que establecemos.
8.
Manejar
cierta flexibilidad de acuerdo con la edad y los objetivos que esperamos que
logren, no correr, este trabajo es escalonado, paso a paso.
9.
Escuchar
y observar a los hijos es clave para determinar que necesitan y desarrollar
estrategias de comunicación que permitan una relación armoniosa entre ambos.
10. Fomentar la responsabilidad en casa mediante tareas
supervisadas para que se sientan parte importante de la familia.
11. Y la más importante de todas es apoyarse asistiendo
a una escuela para padres, en donde puedan conocer otras familias e
intercambiar opiniones sobre lo que mejor les ha dado resultado en la formación de sus hijos. Otra
fuente de ayuda es la investigación en internet y libros que manejen este tema.
Para todas esas jóvenes madres que esperan a quien va a cambiarles la vida, sus hijos, no confundan amar con malcriar.
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