sábado, 28 de julio de 2012

Los Niños y las Buenas Costumbres

La educación comienza en casa. Muchos de los modales y forma de conducirnos que nosotros como adultos manejamos en nuestro hogar es fiel reflejo  de lo que los niños hacen o dicen. Ellos son esponjitas que absorben todo cuanto ven y escuchan, ávidos por descubrir el nuevo mundo que los rodea. 
Los gestos, lenguaje, higiene, forma de comer e incluso posturas serán puestas en evidencia cuando interactúen con la familia y luego en las guarderías y colegios. Es prudente observarnos para poner especial cuidado en todo lo que hacemos frente a ellos.
Es de recordar que nuestros niños serán los hombres y profesionales del mañana. Mucho tendrá que ver además de su intelecto y habilidades, las buenas costumbres aprendidas en la infancia.
La tolerancia a la frustración al no adquirir lo que desean templaran su carácter, por tanto es importante  no  compensar la falta de tiempo que les dedicamos debido a nuestro trabajo con regalos,  permisos o disculpas cuando cometan errores o desobedezcan las normas impuestas en casa o en el colegio,  debemos armarnos de paciencia y enseñarles cuales son los limites, restricciones y conducta a observar en cada momento, lugares o evento.


Al educar hay que hacerlo sin etiquetarlos ya que esto solo generará niños acomplejados, lejos de mejorar empeoraran su conducta, los padres debemos ser creativos e inteligentes. Recordemos que un niño inquieto no es lo mismo que uno maleducado, excesivamente mimado o grosero.
Es importante llevarlos al pediatra para que los evalúe y catalogue si su actuar es un  síntoma normal de su edad o simplemente es  producto de la mala educación familiar. Asimismo debemos autoevaluarnos en la manera en la que manejamos su comportamiento, recordemos que es dentro del núcleo familiar en donde se gestan las primeras impresiones tanto verbales como físicas, luego aprenderán en el colegio  otras normas, las que lograran su formación integral.
Aquí algunos tips para comprender y educar a nuestros hijos bajo las buenas costumbres.
1.      La buena alimentación y el ejercicio es vital para su desarrollo
2.      Controlar con tolerancia y paciencia la inquietud de sus hijos, si es necesario deberás contar hasta diez.
3.      Darle mérito a las habilidades académicas y no solo al comportamiento, estimulándoles con el reconocimiento adecuado.
4.      Dar amor, pero ser firme en las decisiones, para que sepan que no siempre pueden tener lo que quieren cuando lo quieren.. El sí de los padres es sí y el no es no.
5.      El ejemplo habla más fuerte que las palabras. Los padres debemos actuar coherentemente con lo que proclamamos, solo demostrándolo  con hechos hablaremos con autoridad y les infundiremos respeto.
6.      Es necesario practicar con ellos las virtudes y valores como: la fe, la obediencia, la sinceridad y el orden por mencionar algunos.
7.      Ser claros, concisos y concretos en lo que establecemos.
8.      Manejar cierta flexibilidad de acuerdo con la edad y los objetivos que esperamos que logren, no correr, este trabajo es escalonado, paso a paso.
9.      Escuchar y observar a los hijos es clave para determinar que necesitan y desarrollar estrategias de comunicación que permitan una relación armoniosa entre ambos.
10.  Fomentar la responsabilidad en casa mediante tareas supervisadas para que se sientan parte importante de la familia.
11.  Y la más importante de todas es apoyarse asistiendo a una escuela para padres, en donde puedan conocer otras familias e intercambiar opiniones sobre lo que mejor les ha dado  resultado en la formación de sus hijos. Otra fuente de ayuda es la investigación en internet y libros que manejen este tema.

Para todas esas jóvenes madres que esperan a quien va a cambiarles la vida, sus hijos, no confundan amar con malcriar.